Hoy, tras varios meses de madrugar, acicalarme y salir a la
calle en busca de adecentar mi vida consiguiendo un trabajo, me ha costado
levantarme. El anuncio de nuestro presidente electo de los nuevos recortes y
las palabras de que no se va a crecer ni generar empleo en unos años me han
dejado hundido. Seguía con la esperanza de poder solucionar mi situación. Soy
una persona positiva por naturaleza y quien me conoce da fe de ello. Hoy he
desistido. Me rindo.
En otro momento de nuestras vidas habríamos protestado por
recortes de este tipo, pero seguramente los habríamos aceptado si no implicasen
desmembrar nuestra capacidad de superación o aniquilar nuestro entusiasmo.
Me
da igual que suban el IVA si tengo con que pagarlo, me da igual que suban el
IRPF porque implicaría que al hacer mi renta tendría ingresos suficientes para
que fuese positiva, me da igual que desgrave o no mi vivienda si puedo pagarla
y comer, me da igual que haya más o menos políticos o que quiten las
Diputaciones o que cierren el senado, me da igual las reformas que hagan en el
sistema si puedo vivir dignamente.
Lo que no me da igual es que se priorice
salvar la economía por que no se puede salvar una economía que no va a existir.
La economía real es la que mantenemos a flote todos y cada uno de los españoles
comprando en comercios, en supermercados, en la frutería de Paco o en el
concesionario de Seat. Esta economía ya no está ahí, se la han cargado para
poder devolver el dinero que nos prestan a intereses de usura corporaciones que
manejan los hilos de nuestros países.
Nos han despojado de nuestro poder de decisión, ya no podemos
controlar nuestro destino por mucho que podamos elegir a alguien que
supuestamente nos dirija, este acabará siendo dirigido por esas corporaciones.
A veces dan ganas de cometer una locura. En más de una
ocasión he pensado intentar venderlo todo y comprar una pequeña casa en el
campo para autoabastecerme, pero al fin y al cabo no dejo de ser un urbanita
nacido y criado en este enjambre sin más conocimientos para estos menesteres
que los que se ven en televisión.
La desesperación llega a tal punto que te consuelas diciendo
que todavía hay margen de maniobra, hay gente sobreviviendo sin casa, sin
trabajo… A mi me quedan dos meses máximo para verme en ese lugar.
Luego ves Españoles en el mundo y piensas “me largo” pero
¿con que dinero? ¿En que situación?
Te ves acorralado y tu cabeza parece que entra en un ciclo
de abstinencia de sueño, ya no eres tu quien piensa, solo son ideas que chocan
unas con otras tejiendo una maraña sin sentido y lo que es peor, estarías
dispuesto a afrontar esas propuestas propias. Hasta que punto nos desesperamos.
Lo que vengo a decir con todo esto es que las ganas de
seguir luchando se agotan, he llegado a mi callejón sin salida y al final
tendré que salir de un país donde me siento ninguneado y traicionado, un país en
el que un día era un sueño vivir y hoy se ha convertido en una pesadilla.
Mi decisión está más que clara, hay que huir de España, ya
no hay nada aquí para los que queremos trabajar por algo digno. Al menos podré
buscar mi dignidad y mis ganas de vivir en otro sitio
Me largaré defraudado y sin ánimos de volver en mucho tiempo,
eso sí, con la esperanza de que la gente se ponga las pilas y sea capaz de dar
la vuelta a esto, nuestros gobernantes no lo van a hacer porque ellos no lo
necesitan.
Ufff... Alfonso, sabias palabras pero tristes. Hay desolación por todas partes, joder, y todos dando vueltas a la cabeza para ver qué hacer, por dónde salir, en fin... sólo puedo decirte que os llamaré un día para que nos veamos y charlemos. Besos
ResponderEliminarQué razón llevas¿¿¿¿¿¿¿¿. Llanos
ResponderEliminar