martes, 16 de agosto de 2011

Canción De Piano




 Sentado en el borde de tu ausencia, aguardo la mustia señal de una llamada.
              Escucho de nuevo sonar el piano y caigo rendido al reconocer la melodía que un día compartimos.
              Dócil queda mi mirada, suspirando en su fuga, esparciendo el aliento que provoca un halo.
              No consigo imaginar las antorchas de tus ojos, siempre fieles guías a mi morada.
              Fronda leve tu cabello, imposible ya de acariciar.
 Insaciable instinto de tocarte, aún en tiempo de evitarlo por la inefable inconveniencia de la distancia que te separa de mí.
             ¿Sientes temblar mis labios? No, tú ya no me percibes, no me adivinas como antes, no entiendes que te piense, que te sienta, que te quiera si no estás.
            Triste recorro la curva ceñida que creo que me acerca al espacio ya desalojado por tu cuerpo.
            Conservo sin miedo la húmeda tierra que un día pisamos, perfil desgajado de una solitaria nube que cruzó nuestro destino, desechando la posibilidad de dejar morir  nuestros abrazos en el páramo de tu locura.
            Suena otra vez el piano.
Ya no está tu melodía.
            Desconecto la maraña que recorre mis neuronas y vuelvo a la realidad.

Sentado en el borde de tu ausencia tan solo te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario