Admirando tu voz callada
he posado sobre tu pecho mis suspiros.
Cálido aliento sobre mi nuca desnuda.
Gélido encanto mi lenta huida.
Anoche sentí tus labios de carne sobre la carne de los mios.
Hoy amanece soleado y todo me huele a tí.
Aguardaré la dicha del reencuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario