Luces dos rizos sobre tu frente.
Tapan pero no esconden.
Sueño con rozarte con mis dedos apartándolos a un lado.
Avanzas y tus caderas me dicen que estás viva.
Me otorgan permiso para morir de deseo.
Mis manos torpes se atrofian con los años esperando tenerte cerca.
Quebrarán por las muñecas, caerán y romperán el oscuro pozo de la insolencia.
Tocaré sin permiso y si sonríes con los ojos, seré malvado de por vida, romperé tus límites y los míos, fundiré tu carne con la mía envueltos en sábanas y sudor, hasta que solo tú decidas separarnos.
Aparto tus rizos a un lado.
Sobre tu piel, un lunar y una invitación al gozo.
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